Con mi amigo del alma ;D (Damon)

Iba a quejarme, pero no me dejó hablar, un dolor punzante se apoderó de mi y abrí los ojos como platos, dejando escapar dos lagrimas, pero recordé las palabras de Damon... "Si no te resistes" Suspiré,e intenté tranquilizarme. Sentí como mi vida penetraba en él, como succionaba... Cerré los ojos, un poco nerviosa aun. Me centré en otras cosas, en sus manos sobre mis caderas... En sus labios en mi garganta... ¡Oh, Dios! Suspiré de nuevo.

Seguía bebiendo de su sangre, aun le quedaba sangre para no dejar algun daño permanente. Vaya... no había bebido sangre de una bruja antes, y se sentía bien... mucho mas que de un humano cualquiera. Sentía algo de su Poder ingresar en mi.
Cuando Bonnie ya estaba al borde del desmayo me separé, quizas me había pasado un poco, pero daba igual. Yo, en cambio, me sentía genial, mucho mas fuerte y satisfecho. Sonreí con autosuficiencia y observé la reaccion de la bruja.

Me alejé unos pasos de él y me senté en mi cama. Cerré los ojos, suspirando. Me sentia… débil…

Puse los ojos en blanco y me acerqué a ella. Me agaché a su altura y la miré.
- Estas bien? - dije, para probar si podía responder al menos. Cualquier cosa que le pasara... Elena me mataría, y no solía darle de mi sangre a mis victimas, así que no tenía porque ser la excepcion.

- N-no…- susurré. Lo último que supe es que me había caído encima de la cama. Desmayada, lo más probable. Igualmente habia sido una sensacion increible...

Bufé al verla desmayarse. Me senté en la cama junto a ella y me mordí la muñeca para hacerme sangrar. Levanté un poco su cabeza con mi otra mano y acerqué mi muñeca para hacerle beber de mi sangre. No le di mucha, solo lo suficiente para asegurarme de que se recuperara.

Bebí como un polluelo que se estuviera alimentándose, luego, me sentí muchísimo mejor. Desperté a los pocos minutos.
- ¿Qué ha pasado? – pregunté, mirando la muñeca sangrante de Damon.

- Pues, bebiste de mi sangre - dije restandole importancia.

Le miré perpleja.
- Y… ¿eso es bueno… malo…?

Sonreí divertido.
- Bueno, seguirias desmayada si no lo hubiera echo, asi que creo que bueno...

- Oh, bueno… entonces no me quejaré…- susurré, limpiándome la boca con el dorso de la manga de mi camiseta. – Ha sido… raro – dije.

La observé limpiarse. Si, habia sido raro... no solía hacer eso. Me encogí de hombros y me puse de pie.
- Y ahora que? - pregunté, algo aburrido.

- No se, tu eres el experto – concluí, mirándole con ambas cejas alzadas.

Sonreí.
- Cierto - dije, algo divertido. - Soy el experto, pero todo esto esta fuera de mi protocolo...

Tragué saliva y me levanté, acercándome a él peligrosamente.
- ¿Qué quieres decir con eso…? – susurré.

La observé acercarse y sonreí de lado, seductoramente.
- Pues... no muchas tienen el honor de probar de mi sangre...

Reí.
- Bueno, pues yo lo he tenido – dije, “orgullosa”. No me alejé.

Me acerqué mas a ella, casi rozando su cuerpo.
- Y quien sabe, quizas tambien llegues a tener otros honores. - murmuré mirandola.

Le miré sin expresión en mi rostro y me estremecí al notar su contacto, pero tampoco me alejé. Sentia muchas cosas contradictorias a la vez y yo nunca pensaba con la cabeza. Pero seré idiota... pensé, impotente.
.- ¿Y cuales serian? - pregunté, gracias a dios que la voz no salió temblorosa.

- No lo sé - dije corriendole un mechon de cabello de la cara. - Todo depende de los que quieras tener - le murmuré, acercandome hasta rozar sus labios.

Su roce contra mis labios fue electrizante. Nunca antes me había sentido de esa manera. Definitivamente era algo totalmente diferente y extraño. Y Damon resultaba excitante en ciertos aspectos, así que, como dije anteriormente no pienso con la cabeza la mayoría del tiempo… Me dejé hacer. Sentí como yo solita ejercía mas presión sobre sus labios, uniendo así del todo nuestras bocas.

Sonreí levemente al sentir sus labios por completo. No porque me emocionara demasiado la idea de besarla, pero si la conquistaba conseguiría de su sangre por la buenas. Comencé a besarla aumentando la pasión rapidamente. Llevé una de mis manos a sus cabellos inconcientemente.

Noté sus manos en mis cabellos. Me encantaba que me tocaran el pelo… Me hacia sentir querida… Suspiré en sus labios, adorando su sonrisa. ¿Qué maldiciones me hacia este chico? Enredé mis manos en su cuello, casi sin darme cuenta, casi como en un acto reflejo. Le seguí el beso con igual pasión, haciéndome hasta daño en los labios, pero… ¿Qué importaba eso?

Comencé a despeinarla continuando con el beso. Me separé despues de unos segundos, para respirar y la miré. Le dediqué una sonrisa... despues de todo, si era atractiva.
- Sigo debiendote un vestido? - pregunté con un deje divertido.

- Bueno, si... Digo no, digo... No se - dije, muy confusa de golpe. - Eh... Me conformaria con que te quedaras hoy conmigo, pero... ¿Pero que demonios estoy diciendo? - ya no sabia ni lo que decia, estaba muy distrida. Eran sus ojos... Esos ojos que me distraian facilmente.